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Hasta cuando «Chueco»

A los 46 años Ignacio Gilí sigue haciendo historia cada vez que se sube a una bicicleta. Esta vez se quedó con una etapa de la legendaria Titan Desert.

Contra la creencia unánime, no siempre gana el primero. Lo demostró Josep Betalú, vencedor simbólico tras cederle el triunfo de la tercera jornada (Alnif-Rissani), la etapa reina (122 kilómetros), al argentino Ignacio Gili (4:44:19), tercero en 2017. El catalán, además de mantener el liderato de la general, se ganó así su presencia en un cuadro que ya es historia de la Titan Desert: la victoria de Gili es la primera de una Fat Bike desde que se celebra la carrera.

Por ello no cuesta empatizar con ambos, que entraron a la etapa como compañeros de pelotón y salieron de ella como hermanos de sangre. Se la jugaron desde lejísimos, alrededor del kilómetro 68, tras el primer paso por dunas de la edición, con un ataque iniciado poco después de superar el ecuador del recorrido. Tramo a tramo, la pareja se fue consolidando, con los dos sucediéndose de buena gana en los relevos, formando una asociación en armonía que alcanzó su máximo esplendor en la meta, punto en el que la distancia con los perseguidores ascendió a 4:51. De esta forma, Betalú le lleva 9:15 a Guillem Muñoz, segundo, y 13:01 a Moisés Dueñas, tercero.

Fue en ese instante, el de la llegada al final, sin conocer aún al detalle el daño causado por su aventura, cuando se fundieron en el abrazo del agradecimiento: Betalú sonreía por haber tenido un compinche a la altura de sus ambiciones y Gili, al borde de las lágrimas, celebrara su histórica conquista, servida en bandeja por quien la pudo impedir, un líder que en un gesto que le honra decidió no disputar un esprint ante el que una Fat Bike no hubiera tenido respuesta.

Gili-Betalú: así se gestó el histórico triunfo de la Fat Bike

Tras un ataque conjunto de más de 50 kilómetros, el argentino y el español contaron cómo decidieron que se diese la primera victoria de una Fat Bike.

Apostaron por un ataque con casi la mitad de la etapa reina aún por delante y les salió de maravilla. Tanto que Josep Betalú se conformó con aumentar la ventaja del liderato y decidió no disputar la victoria en la meta, un logro, el primero de una Fat Bike en la Titan Desert, que se adjudicó Ignacio Gili. Entre abrazos, contaron cómo lo trabajaron y pactaron…

Betalú: «Lo de Gili es para quitarse el sombrero»
Primer mensaje: «Le he dicho a Gili que si no nos cogían me iba a poner a tope para intentar sacar lo máximo posible. Hemos tirado los dos, al final más yo porque me interesaba sacar un poco de tiempo. Se merecía ganar, es para quitarse el sombrero».

Trabajo conjunto: «Hemos decidido atacar cuando hemos pasado un banco de arena, a falta de unos 60 kilómetros para meta. He pasado bien la arena, he visto que había hueco, también que la Fat Bike pasaba muy bien. Gili es veterano, fue un muy buen corredor profesional, y hemos ido a relevos sin volvernos locos. Prefería ir con él pasando, pasando y pasando, ir los dos porque en el desierto nunca se sabe… Hasta el cuarto y último punto de control; ahí he dicho que iba a dar el resto. Cualquier diferencia era bienvenida».

Rivales: «Me atacaban todo el rato, me estaba hartando un poco y la mejor defensa ha sido un buen ataque. Hoy el equipo ha estado muy bien, especialmente Aitor Hernández y, sobre todo, Gerard Sánchez. Al final era redondear el trabajo del equipo».

El pacto: «Sé cómo funciona el circo: cuando alguien te ayuda… Él me ha ayudado hoy. Diferente hubiera sido si hubiera ido a rueda, sin pasar relevos. El año pasado ya me ayudó mucho para la victoria. Todo esto se va anotando en la libreta, siempre buscas alianzas. Yo busco la general, mi lucha no son las etapas, aunque ganarlas están bien… Se merecía ganar».

Cómo se lo dijo: «No hacía falta ni decirlo. Cuando llegábamos aquí, le he dicho que me ponía a tope y que ni le iba a disputar. Estoy muy contento por la renta sacada y por la victoria de él».

Gili: «Indescriptible; Betalú es un hombre de palabra»
Sueño cumplido: «El primer día tuve muy malos sentimientos, pero el segundo me fui sintiendo muy bien y hoy… indescriptible. Soñaba con una etapa de estas desde hace ya tres años. Gracias a Dios se pudo dar».

Primera triunfo de una Fat Bike: «Hay que hacer historia siempre, así me lo enseñó mi familia. Hice historia en Argentina, en vueltas importantes de ruta y de mountain bike, también siendo olímpico en el 2.000, donde coincidí con Evans. Estoy muy contento también por el líder, que cumplió su palabra: yo tiré con todo lo que tenía, no tenía más, y él me llevó a meta, llegamos juntos, de la mano. Para mí es un honor estar al lado de Betalú. Este premio se lo dedico a mi hijo y a mi familia, que tanto la quiero».

Especial: «Jamás había ganado aquí. Dos segundos puestos el año pasado».

Un hombre de palabra: «Cuando faltaban 60 kilómetros, ninguno de los dos creíamos que íbamos a llegar. Luego ampliamos la brecha y estoy muy contento de llegar con él hasta aquí. En los últimos 6-7 kilómetros me dijo que me dejaría al victoria. Antes me lo había dicho, pero no pensábamos que fuéramos a llegar».

Fuente: as.com

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