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El G20 le impidió un trasplante de riñón y dos años después lo recibió de su esposa

Final feliz para Eduardo Salice que en el año 2018 no pudo recibir el trasplante de riñón por las medidas de seguridad de esa cumbre en la Argentina. Hoy esa historia tuvo un nuevo capítulo cuando Natalia, su mujer, decidió ser la donante.

«Sr. Presidente, hoy debo agradecerle tanto a Usted como a los presidentes que nos visitaron y decirles que, gracias al G20, mi marido no pudo ser trasplantado porque los vuelos no salieron a tiempo y se perdieron los órganos», así había posteado el 1 de diciembre de 2018 Natalia Tobio en el perfil de Facebook del entonces presidente Mauricio Macri.

Su esposo Eduardo Salice (45) esperaba desde hace varios años un trasplante de riñón y por ese posteo, la historia salió a la luz y tomó una gran notoriedad. Si bien los órganos se perdieron en esa oportunidad hoy la historia es diferente y fue la misma Natalia quién hizo de donante para su esposo. Un verdadero acto de amor.

Natalia y Eduardo entraron a quirófano la semana pasada en el hospital Español de Mendoza y todo va muy bien, ella ya salió de alta y espera, junto a sus dos hijos, lo mismo para su compañero “que está respondiendo muy bien”.

Un nuevo comienzo

Después de esa gran decepción Eduardo continuó siendo un paciente en lista de espera para recibir un trasplante renal.

“Después de que lo paso el 30 de noviembre de 2018, seguimos esperando, actualizando la lista de espera y no salía nada. En el 2019, el 4 de septiembre fallecen mis viejos en un accidente casero, se rompió un calefactor en casa y se intoxicaron los dos con monóxido de carbono, estaban durmiendo los dos, la pasamos muy mal porque estábamos con ellos en Alvear, los papas de Eduardo han fallecidos. Uno se quiere ir olvidando, pero solucionado lo inmediato”, dijo a SITIO ANDINO Natalia mostrando las diferentes vicisitudes que la vida fue poniendo en su camino.

No bajaron los brazos y siguieron haciendo los estudios: “ese fin de año hablamos con la nefróloga de uno de los equipos de trasplante del hospital Español y le preguntamos que yo quería ser donante y de ahí empezamos con todos los tramites en noviembre de 2019”.

Con el objetivo entre ceja y ceja empezaron a preparar los papeles, “es mucha la burocracia y más para nosotros que estamos tan lejos… (en Alvear) entonces viajamos y lo primero que hicimos fue hacer un estudio de compatibilidad, salió bien éramos compatibles y nos autorizaron”, relató.

La pandemia, otro gran obstáculo

“El 12 de marzo nos atendió la psicóloga y el 20 de marzo empezó la pandemia y de allí arrancó otra historia”, siguió Natalia, según expresó Eduardo la pasó muy mal, “sufrió y adelgazó mucho. En setiembre empecé a hacer gestiones en OSEP para hacer estudios de donantes vivos, así fue que nos citaron y nos dieron turnos para viajar el 30 de noviembre, dos años después de todo lo que había pasado, viajamos a Mendoza, el 26 de enero empezamos a hacer todos los estudios, totalmente completo y nos fuimos al hospital central, y en marzo nos terminaron de confirmar que si podía ser donante”.

Un PCR antes del gran momento

Natalia no escatimó palabras de elogios para todos los que pusieron un granito de arena para lograr el trasplante y antes tenían que probar que no eran positivos de Covid-19, “nos tuvimos que hacer un PCR en el hospital de Alvear y nos dieron la autorización desde OSEP para llevar adelante el trasplante”.

El miércoles de la semana al medio día de la semana pasada Eduardo dializó, al otro día ambos fueron internamos de manera separada “porque él tenía que estar preparado de otra manera, el jueves a las 10.30 entré a cirugía y salí a las 15 horas, Eduardo entró a las 15.15 y salió antes de las 18 horas. Ahora estamos muy bien y Eduardo está respondiendo muy bien, el viernes me dieron el alta y estamos esperando que le den el alta Eduardo…y ese es el fin de la historia”, dijo con una ternura total Natalia, dando un gran testimonio de amor y perseverancia.

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