Opinión

Portezuelo ¿sí?

Por Gustavo Majstruk, Diputado Provincial.

La pregunta que deberíamos hacernos es ¿Qué es lo que más necesitamos para el desarrollo del sur mendocino? Entre muchas necesidades seguramente hay una en la que no hay grieta y es “más agua para riego”.

Lo que por desconocimiento o malicia, la mayoría de los funcionarios del oficialismo y aliados no dice, es que el proyecto actual de Portezuelo del Viento NO incluye el trasvase de aguas del río Grande al Atuel, lo omitieron, no está. Por el contrario con algún juego de palabras afirman que habrá “más agua” pero no pueden asegurar cuando ni como porque simplemente el ansiado trasvase no existe en el #PortezueloSI que con entusiasmo militan.

Es una pena que antes de que se realice la licitación, que ya posee serias denuncias de corrupción al punto que tuvo que renunciar uno de los principales funcionarios del ministerio que la lleva adelante debido al escándalo, no reclamemos por la obra que nos corresponde y que es totalmente factible. Sería posible si el gobierno pensara en el desarrollo real de la provincia y no en eventuales regalías de un método de producción anticuado, cuya ineficiencia quedó demostrada estos años de crísis hídrica con la correspondiente disminución de producción de energía en las centrales hidroeléctricas, por una sencilla razón: No hay agua.

Lo que tampoco se dice en este relato épico es que esta obra, de la forma en que está planteada, difícilmente se podrá poner en funcionamiento en menos de una década y cuando ocurra, solo servirá para producir electricidad, nada más.

El capricho y la necedad atrasan. Mientras que las provincias vecinas avanzaron en energías renovables como la fotovoltaica y eólica, Mendoza se quedó atrasada sin poder lograr ni siquiera parte de lo que tanto se habló allá por el 2015 cuando parecía que la “revolución de lo sencillo” lo cambiaría todo. Todo siguió igual.

Aunque el gobierno ha demostrado con creces que poco le importan los nuevos criterios ambientales, “la casa común” que a la mayoría de los mendocinos nos preocupa -ya lo demostramos cuando quisieron derogar la Ley que protege el agua. En pleno 2.020, Mendoza sigue sin ponerse a tono con lo que nos exigen los nuevos paradigmas. El mundo cambió, la generación de energía se va optimizando constantemente para lograr lo mismo al menor costo ambiental y económico y las grandes represas no van en ese sentido, de hecho, ya no son consideradas “energía limpia” debido a las grandes emisiones de gas metano, dióxido de carbono, sumado al efecto en el clima que producen los grandes espejos de agua artificiales.

Calificativo absurdo y exagerado si los hay es el que más leemos y escuchamos como campaña marketinera de algo que pretende ser pero no es: “La obra del siglo”. Es bueno recordar que solo en la segunda mitad del “siglo pasado” se construyeron solo en los ríos Atuel y Diamante los complejos hidroeléctricos que superan por lo menos en dos veces lo que dicen que producirá la “Obra del Siglo”. Bastante pobre será el futuro que les espera a nuestros hijos y nietos, si el Portezuelo de ahora, pretende ser la obra de siglo. En ese caso, honor y gloria a nuestros padres y abuelos.

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