River – Boca, o la búsqueda de la gloria eterna
La Copa Libertadores es para los latinoamericanos lo que la Champions League es para los europeos. Estamos hablando, de hecho, de la competición intercontinental de una cultura futbolística importante, que desde siempre se disputa el primer lugar del mundo del balón con el Viejo Continente.
El destino quiso que la última edición de este torneo con final a doble turno tuviera que ser un Boca – River, es decir un gran clásico del fútbol argentino y mundial. El famoso Superclásico, que cada año despierta pasiones como ningún otro partido, tendrá entonces mucha más intensidad ya que se manifestará como gran final continental y será el paso último para la gloria absoluta. Después del empate en el partido de ida que se jugó en la Bombonera, hará falta vivir la gran vuelta en el Monumental, la casa del River Plate, cuyos hinchas llenarán las gradas para no perderse el gran evento.
En este momento de énfasis del fútbol, los hinchas de ambos equipos llevan semanas viviendo con mucha ansiedad este momento, ya que estamos hablando de la que tal vez sea la segunda rivalidad más áspera de todo el fútbol mundial. Anteriormente en el mismo barrio, el de la Boca, los dos clubes más grandes de Buenos Aires y de Sudamérica son rivales futbolísticos y sociales, con River que farda de su condición burguesa de ‘millonario’ y Boca que sigue jactando de su condición de equipo del pueblo.
El partido del Monumental será el ajuste de cuenta definitivo entre dos clubes que anhelan la victoria de este trofeo que dará la gloria absoluta al ganador y significará la desgracia para el perdedor. Para la ocasión ambos equipos podrán contar con dos goleadores que hasta ahora han cumplido también en la final de ida: River tendrá a disposición a Lucas Pratto, que ha marcado hasta ahora 4 goles, mientras que Boca echará mano de Ramón Wanchope Ávila, autor de 5 tantos hasta ahora. Si bien River jugará en casa, la presión de tener que ganar sí o sí podría crear un bloque psicológico, mientras que Boca deberá hacer frente a la caldera que será el estadio del enemigo de siempre.
Estamos hablando del partido más importante de la historia de ambos clubes. El desnivel de prestigio entre el que gane y el que pierde será muy grande, porque no solamente está en juego un trofeo importante sino que también se amplificará la rivalidad entre los dos equipos. Si bien no hay un claro favorito, Boca tiene en sus venas el ADN del campeón, ya que conquistó la Libertadores en seis ocasiones, tres más que River, que fue campeón en 2015 pero que tiene menos trayectoria ganadora en esta competición. En los 61 partidos jugados hasta ahora entre los dos clubes, River ganó en 27 ocasiones, mientras que Boca se impuso 20 veces. Pero estas estadísticas no servirán a la hora de la verdad, cuando el que sea más fuerte a nivel psicológico acabará imponiéndose sobre el rival de siempre, escribiendo la página más gloriosa de su historia.