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Un alvearense está en el submarino desaparecido

Hernán Rodríguez es Suboficial Mayor Maquinista del submarino ARA San Juan, el submarino que es intensamente buscado en el mar argentino

El alvearense es suboficial mayor maquinista en el submarino, tiene experiencia de años y ha recorrido el mundo en la Fragata Libertad.

Hernán Rodríguez es Suboficial Mayor Maquinista del submarino ARA San Juan, el submarino que es intensamente buscado en el mar argentino luego que el miércoles perdiera comunicación con tierra y dejara de aparecer en los radares. Hernán es alvearense y su familia sigue, con angustia y mucha esperanza, su búsqueda.

«Hablé con Hernancito el sábado, estaban en Ushuaia y salían hacia Mar del Plata. Es un viaje de diez días», nos cuenta Claudio Rodríguez, su hermano. Claudio y el resto de la familia del oficial que está desaparecido -junto con toda la dotación del submarino- se trasladaron a la casa materna en Real del Padre, donde cada día reciben noticias directamente desde la Armada.

Claudio Rodríguez cuenta que la angustia comenzó el jueves, cuando las FF.AA. dieron por desaparecido el submarino San Juan, que en ese momento navegaba por aguas argentinas con 44 tripulantes. «Ellos habían hecho una campaña de Mar del Plata a Ushuaia, en la que tardaron unos veinte días en llegar. El sábado hablamos, estaban muy bien y ya emprendían el regreso hacia Mar del Plata, viaje que esperaban hacer en 10 días», nos dice.

Hernán está casado con Marcela Moyano, maestra, y viven juntos con los hijos de ella en Real del Padre. Fue Marcela quien recibió el llamado de un compañero de Hernán que había bajado en puerto en la Patagonia y no continuó el viaje. «Él fue quien nos dijo que el submarino había comunicado problemas en las líneas de comunicación, por lo que posiblemente se iba a cortar el contacto con tierra», explica Claudio.

La Armada luego, les informó oficialmente -en una comunicación que mantienen diariamente con Marcela- que no hubo explosiones en el submarino, como habían comunicado algunos medios, y que el problema sería sólo eléctrico.

«El compañero de Hernán que nos llamó nos dijo que si están con problemas eléctricos pero el submarino navega bien, lo tienen que hacer por debajo del agua para navegar a toda potencia e intentar llegar a puerto», dice Claudio.

Hernán, de la base Marambio al San Juan

Las esperanzas de la familia es que Hernán es excelente maquinista y ha dado la vuelta al mundo en la Fragata Libertad. Hernán es muy conocido en General Alvear, ya que también pidió (hace unos años) ir como maquinista a la Base Marambio. Por mérito logró ese reconocimiento y estuvo 14 meses trabajando en la Antártida Argentina, en los difíciles tiempos en que el rompehielos Irízar se incendió y los equipos en las bases argentinas pasaron difíciles momentos de desabastecimiento que fueron solucionados enviando un Hércules que arrojaba mercadería desde el aire (cuando las condiciones del tiempo lo permitían).

«Por protocolo tienen que buscarlo pero quienes saben nos dicen que el submarino ha seguido navegando aunque sin comunicaciones por los problemas eléctricos. Ya el hecho que no haya habido explosiones, como se dijo, nos dejó más tranquilos», dice Claudio Rodríguez.

Hernán lleva 11 años en el San Juan, lo conoce bien. Es un maquinista de los que saben salir adelante, tal como lo cuenta su familia, y hará salir adelante esta vez también al submarino.

Cómo es el ARA San Juan

El San Juan, que es intensamente buscado desde anoche, es alemán y se incorporó a la Armada Argentina en 1985. Tiene 66 metros de eslora (largo), desarrolla una velocidad de 25 nudos en inmersión y está configurado como submarino de ataque. Por otra parte, tiene una dotación de 8 oficiales y 29 suboficiales y entre su tripulación se encuentra la primera oficial submarinista de la Armada Argentina.

El ARA San Juan en reparación.
Su propulsión es diésel eléctrica y cuando se encuentra en superficie su motor impulsa un generador eléctrico que carga los distintos bancos de baterías con los que se propulsa la nave cuando navega en la profundidad.

Ahora, todas las esperanzas de las familias de los 44 tripulantes están puestas en que el submarino esté navegando sin radar y sin comunicación hacia un puerto, o que si han salido a superficie puedan encontrarlo rápidamente. Mendoza también espera por todos ellos.

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